Atena está a punto de morir. Seiya piensa utilizar la flecha de Sagitario, pero Poseidón le advierte que la flecha se volverá contra él. Seiya no hace caso y la flecha se clava en su pecho, así como en la espalda de Shaina y después el pecho de Shiryū quienes le protegieron en sus tres intentos, respectivamente.